jueves, 11 de octubre de 2018

Miedo

Que yo ya no siento miedo, ya no. Enciendo la luz para no chocarme con nadie, pero conozco cada paso que aún no he dado, aunque a veces me equivoque; muchas veces.

A veces recorre mi cuerpo esa maldita sensación de echar de menos, entonces apago la luz. Porque sé que no aparecerás. Porque sé que tú detestas la oscuridad.

Ahora sólo estoy yo, y enciendo la luz para leer algunas páginas de Invierns, aunque a veces parece que lo esté escribiendo yo mismo en ese justo instante. Me lee la mente cuando leo, adivina cada uno de mis sentimientos. Y cuando paso dos noches lo dejo para otro día... Apago la luz.

Cuando creo estar mal enciendo la luz para ver todo lo que hay a mi alrededor. Lo que he sido capaz de levantar; los que han sido capaces de levantarme. De nuevo sale el sol.

Intentas encender todas las bombillas de la casa, pero salta el automático. Ya sabes como somos, siempre nos hemos terminado encontrándonos y no creo que esta vez sea diferente. Sólo que yo apago la luz y tú seguirás intentando encenderla.

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